Soy la sonrisa del vietnamita cuando descubre que el M16 del
yanki que tiene justo delante se ha encasquillado. Soy el niño argelino que
dispara al corazón del policía francés y deja caer la pistola en una papelera.
He caído a las puertas de Madrid para impedir que el fascismo pasara en el 36.
Soy la niña palestina que recoge cuadernos entre las ruinas de lo que fue su
casa y que prefiere los días nublados porque los drones no pueden volar. He
recibido un disparo en el estómago y he agonizado mirando el azul cielo de
Stalingrado, he sido quemado vivo en Odessa, y he muerto por una infección en
la selva del Mekong. Apreté los puños cuando la policía francesa disparó a
matar en Argel, y fui torturado en una prisión invisible de la CIA. He sido
humillado y golpeado hasta la muerte por unos encapuchados de blanco en Kansas,
y nadie habló jamás de mí. Fui asesinada de un golpe en la cabeza (y por la
espalda) a la salida de un restaurante por detener una agresión machista. Morí
en una cárcel irlandesa por resistir con una huelga de hambre. Soy el que
disparó a los relojes de los campanarios en el 71 en París, y el que entró en
tanque en el 44. Caí con la Lincoln intentando volar un puente en España porque,
aunque no fuera nuestra patria, contra el enemigo nos llamaba el deber. Fui
enterrado por mis compañeros junto a una cinta negra y naranja a las afueras de
Donetsk. Me apuñalaron en el corazón en un vagón en Legazpi. Caí liberando Kobane con el ejército kurdo. Me reventé cayendo
al vacío desde un andamio, y morí de hambre en la carretera al huir de la
miseria de Oklahoma rumbo a California. Fui fusilado contra un muro levantando
el puño derecho, y mis extremidades están dispersadas por Faluya, entre sangre
y ruinas humeantes. Fui quemada viva en una fábrica por luchar por mis
derechos, y tuve que exiliarme para huir de la represión. Enfermé hasta morir
por comer el arroz que sembré el mayo del año pasado porque fue regado con
agente naranja. He trabajado hasta destrozarme los riñones y las manos, y he
sido golpeado por la policía al descubrir que los derechos no se regalan, sino
que se conquistan. He dormido al raso en las montañas de Sierra Maestra, y he
resistido el invierno de Moscú sin calefacción. He follado por dinero con
gordos padres de familia que van a misa los domingos, y he resistido las
jodidas miradas de complacencia y condescendencia de la gente. Bajé la cabeza
mientras mi puño derecho se alzaba cubierto por un guante negro en aquel podio
en el 68. Esperé llorando en silencio escuchando Radio Magallanes en el 73, y
me temblaron las manos cuando los soviéticos liberaron Auschwitz y pusieron un
fusil en mis huesudas manos. Mi cadáver flota cerca de la costa de Lampedusa, y
desgarré mis manos intentando trepar la valla de Melilla. Por la noche, he
utilizado mis llaves del portal como puño americano en cada esquina y he
temblado de rabia e impotencia cada vez que escuchaba pasos detrás de mí. Vi
todos mis libros de filosofía marxista arder para evitar la cárcel y la
represión. Morí asesinada en una celda, colgada con una sábana de una viga. Me
dispararon una sola bala en la nuca y me lanzaron al Landwehr Canal. Me
metieron un navajazo en el pecho y me lanzaron al Manzanares. He visto imperios
doblando las rodillas ante la fuerza de pueblos organizados, he visto al
elefante ser derribado por un saltamontes con la cabeza muy dura. He visto la
nieve, el polvo, la hierba y el asfalto mancharse de sangre. He resistido
siempre con lo que he tenido, y sólo existo en la historia cuando esta es
cepillada a contrapelo. Soy las nadie que construyen silenciosamente la
historia, y son enterradas por las ruinas del progreso. Soy ese susurro
imparable, que si se organiza lo arrasará absolutamente todo. Soy la peste, la
enfermedad, la angustia y esas malas hierbas imposibles de erradicar. Naceré
hasta en un desierto. He aprendido a sobrevivir en el fango. Soy las que nunca
han vencido, soy la eterna derrota. Soy la sal de la tierra, soy la dignidad que
resiste.
Me ha encantado, potente, duro y a la llaga.
ResponderEliminarUn saludo
@RobenFawkes
Muchas gracias por tus palabras, un abrazo!
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